martes, 28 de abril de 2009

La pila de la memoria

Me gustan las pilas, animan a continuar, ayudan a reflexionar.
Es curioso cómo relaciona la mente. Cuando escucho la palabra memoria, siempre tarareo una canción. La Memoria, de León Gieco. La innovación y el desarrollo pasan por caminos sin ataduras, que vuelen libres como el viento, como la memoria. Tan sólo quería compartirla.

Los viejos amores que no están,
la ilusión de los que perdieron,
todas las promesas que se van,
y los que en cualquier guerra se cayeron.
Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.

El engaño y la complicidad
de los genocidas que están sueltos,
el indulto y el punto final
a las bestias de aquel infierno.

Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.

La memoria despierta para herir
a los pueblos dormidos
que no la dejan vivir
libre como el viento.

Los desaparecidos que se buscan
con el color de sus nacimientos,
el hambre y la abundancia que se juntan,
el mal trato con su mal recuerdo.

Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.

Dos mil comerían por un año
con lo que cuesta un minuto militar
Cuántos dejarían de ser esclavos
por el precio de una bomba al mar.

Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.

La memoria pincha hasta sangrar,
a los pueblos que la amarran
y no la dejan andar
libre como el viento.

Todos los muertos de la A.M.I.A.
y los de la Embajada de Israel,
el poder secreto de las armas,
la justicia que mira y no ve.

Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.

Fue cuando se callaron las iglesias,
fue cuando el fútbol se lo comió todo,
que los padres palotinos y Angelelli
dejaron su sangre en el lodo.

Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.

La memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan
y que no la dejan ser
libre como el viento.

La bala a Chico Méndez en Brasil,
150.000 guatemaltecos,
los mineros que enfrentan al fusil,
represión estudiantil en México.

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.

América con almas destruidas,
los chicos que mata el escuadrón,
suplicio de Mugica por las villas,
dignidad de Rodolfo Walsh.

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.

La memoria apunta hasta matar
a los pueblos que la callan
y no la dejan volar
libre como el viento.

Comenzando a rodar

Después de haber pasado cinco años en la universidad, dejar un año y medio de descanso, volver y hacer un análisis grupal sobre lo mejor, lo peor y las soluciones que tendría esa etapa, quizás sea la mejor pila para la tarea a la que nos enfrentamos.

Pero empecemos por el principio de la clase. Comenzamos por la práctica de lo que será la dinámica del curso. Creamos un estado de interrelación en el grupo hablando de la experiencia personal en la universidad. Planteamos la necesidad de crear espacios de abajo a arriba, un sistema de evaluación efectivo, generar dinamismo bidireccional, fomentar el intercambio fuera del lugar de origen y mezclar la práctica con la teoría.

Tras el trabajo, desarrollamos las bases para el proceso de un análisis de investigación: como primer punto pusimos énfasis en el análisis para la búsqueda de la verdad, sabiendo que ésta es siempre revolucionaria. Planteamos el grupo como núcleo de trabajo, ya que para cambiar algo hay que generar espacios de cooperación operativos y heterogéneos. El grupo es el paso previo a los espacios multilateralmente comunicados. Y finalmente, la memoria como elemento clave del aprendizaje. Es fundamental después de vivir algo, escribir algo. Pero no es cuestión de quedarse tólo con el patrimonio, con la memoria, si no nos volvemos nostálgicos. Se trata más bien de avanzar e integrar partes nuevas a las que ya tenemos.

En definitiva, analizamos la situación de la que partimos el primer día, que es la base del trabajo de la innovación y el desarrollo: el objetivo final.

jueves, 26 de febrero de 2009

Mundos

Una tarde de domingo bajé caminando desde casa por San Telmo hasta el parque Lezama. Allí, en Defensa con avda. Brasil, estaban los chicos de los fanzines de la Asamblea de Almagro. Entre sus textos tenían el libro de Jorge R.Masetti: “Los que luchan y los que lloran”. Esta fue la dicotomía a la que llegó Masetti tras sus entrevistas al Che y Castro antes de la revolución:

“Y volví a encontrar dentro de mí una extraña sensación de que desertaba, de que retornaba al mundo de los que lloran…”.